la mirada del toro

martes, 30 de diciembre de 2014

Antonio Sánchez: Los Gracilianos toledanos.


En la vega toledana del tajo a su paso por la localidad de Añover de Tajo y de camino al Real sitio de Aranjuez en la zona llamada Las Infantas,tierra ganadera por excelencia en la que pastaron diversas e históricas vacadas, nos encontramos la ganadería del toledano oriundo de Añover de Tajo D.Antonio Sánchez Sánchez heredero de estirpe ganadera.



Aunque el origen de la ganadería data de principios del Sxx cuando D.Antonio Sánchez Tardio se presentó en Madrid en 1913, no es hasta finales de siglo cuando comienzan a desarrollarse los éxitos ganaderos de la vacada.



La ganadería de Antonio Sánchez está formada por vacas y sementales de origen graciliano procedentes de la extinta ganadería de Castillo de Higares, fue en 1971 cuando D.AgustínSánchez(padre del actual ganadero e hijo del iniciador de la saga) compró 25 vacas y varios sementales del hato ganadero antes nombrado añadiéndolas a las cabezas de ganado de origen contreras las cuales fueron dejando paso a sus parientes gracilianos.

Ya en la década de los 90  Don Agustín Sánchez movido por las vicisitudes del mercado añadió tres sementales de D. Matías Bernardo dos coquillas y uno procedencia Aldeanueva los cuales dieron un matiz más cárdeno a la ganadería aunque los pelos predominantes son el negro y el colorao.

Actualmente la ganadería  de divisa encarnada y oro basa sus temporadas en el festejo popular y en festejos menores de la provincia de Toledo y Madrid (becerradas,novilladas..)

domingo, 30 de noviembre de 2014

VILLASECA 2014 Asturdero, número 29 de Saltillo-Moreno de Silva. Borja Jiménez

La novillada de encastes, que conmemoraba el decimoquinto aniversario del certamen, abrió con un Partido de Resina de bella estampa, que los tendidos ovacionaron de salida y que resultó encastado, con sus complicaciones. Pero lo mejor vino en segundo lugar, cuando salió el temido Saltillo, el veintinueve, que fue la sorpresa especialmente para los profesionales que con recelo lo rehuían de entre las bolitas del sombrero.
 Aún así también se escuchaba alguna voz sabia que con acierto apostaba a que en esas hechuras entipadas que presentaba, el novillo podía salir bueno.
 Y así resultó, además tuvo la suerte de encontrarse con un novillero que goza de una gran técnica, el sevillano Borja Jiménez, que ya en el recibo capotero lo lanceó templado a la verónica.
 Lo dejó bien puesto en suerte, a distancia del caballo, para que se viese el novillo, que recibió una vara trasera, en la que cumplió, pero con la cara alta y en la que apenas se le pegó, lo justito.
 A la verónica instrumentó Borja Jiménez un gran quite, rematado con dos buenas medias; algo importante se avecinaba.
 Tras mostrarse reservón ante los garapulleros, a los que después hizo hilo con pies, inició la faena en los mismos medios, con la muleta montada en la diestra, cogiéndole el aire al saltillo enseguida, con gran facilidad, con conocimiento.
El animal humillaba muchísimo, y su embestida era despaciosa, templada.
 Borja supo darle los muletazos medidos, sin dejar que la enganchase, llevándolo a su altura y a su ritmo, y sobre todo sin abusar del numero de pases por tanda, dos o tres y el de pecho, siempre cruzado o al hilo, nunca fuera, y sin brusquedad alguna, sin toques, citando únicamente con los vuelos y presentándosela puesta cada vez que le repetía.
 Lentos fueron los naturales, de buen trazo y se adornó con torería en los remates.
 Supo ver bien la intensidad de la faena, midiéndola, finalizando al natural, sacándolos uno a uno. Le funciona la cabeza y supo aprovechar y cuajar un novillo extraordinario para la muleta que le diese lo que pedía.
 Vendió Asturdero cara su vida, tras un pinchazo hondo en buen sitio, hubo que descabellar ante su dureza de patas. Dos orejas paseó el rubio, el novillero de Espartinas y el cárdeno fue antes despedido con una merecida ovación de los tendidos.
Asturdero ovacionado en el arrastre
Rubén Sánchez.

viernes, 28 de noviembre de 2014

VILLASECA 2014 Sevillano, número 68 de Flor de Jara. Borja Alvarez


Inició la de Flor de Jara en tarde que amenazaba lluvia, grisácea como el cárdeno con un primer novillo manso y rajado, aunque con un pitón derecho aprovechable, el festejo continuó, y en segundo lugar salió el mejor de la tarde,
 


el sesenta y ocho del que también casualmente se hablaba por la mañana, un animal de buenas hechuras, armónico, muy bien conformado, con viveza en su ojalada mirada y que ya desde el recibo de capa mostró las buenas cualidades de su embestida.

 En varas hizo sonar el estribo, echando la cabeza alta. Le fue tapada la salida, rectificando el picador el puyazo que agarró trasero.

 Tras este defecto en su pelea en varas, siguieron y vinieron las virtudes. En la brega se vio su buena condición, y previo a iniciarse faena, el morlaco barbeó tablas, con gran fijeza. Había enseñado un gran pitón derecho, humillando y repitiendo, mientras que algo más rebrincado, gazapeando acometía por el izquierdo.

La fijeza la mantuvo hasta el final. Y la codicia, la casta estaba presente, lista para trasmitir y que la labor llegase al tendido. Pero Sevillano no tuvo la suerte de los otros tres novillos que aquí repasamos. Borja Álvarez, que además se llevó el lote, pues el quinto fue de dulce para el torero, se limitó a torear por alto, en tablas, y pegando circulares, desaprovechando el buen pitón derecho y sin apenas ponerse a intentar corregir los defectos del izquierdo.
a pesar de no bajarle la mano, sevillano queria embestir por bajo como se v

 Una pena. Finalmente el animal acudió a tablas, y aunque tuviese atisbos de mansedumbre, se entregó, se empleó y no se rajó.

Delantero dejó el alicantino un pinchazo hondo y cogió el berduguillo, pero decidió volver a tirarse a matar, pues el animal al que no sometió ni obligó, estaba entero. Una estocada de gran efecto pasaportó a Sevillano, un novillo encastado y fijo.

asi embestia sevillano
texto: 
Rubén Sánchez. 

domingo, 23 de noviembre de 2014

VILLASECA 2014, Saltillo, número 12 de Baltasar Ibán. Ginés Marín

La novillada de Baltasar Ibán estaba siendo interesante hasta el momento, un novillo noble y algo soso en primer lugar, un segundo con complicaciones, ante el que se vio un gran recibo capotero de Ginés Marín, el tercero con sentido, con peligro añadido en sus acometidas y un cuarto mal lidiado y al que no entendió su lidiador, ni tampoco pudo. Interesante pero no había terminado la cosa de romper. Hubo que esperar, porque se le esperaba, al precioso número doce, que salía en quinto lugar y que había acaparado gran cantidad de las miradas.

puro iban
 Saltillo fue un gran novillo, a juicio de quien les escribe, el mejor del certamen. Cumplió fijo cara abajo en el caballo, al que no perdió de vista, con gran fijeza que después mantuvo, con una embestida alegre y a la distancia, pronta, y muy clara,
 pues ya al salir del caballo, antes de que cortase a los rehileteros, en el quite por chicuelinas se le veía humillar y seguir con obediencia el recorrido que el capote marcaba, por abajo hasta el final, saliendo de los capotazos con ahínco de repetir al siguiente. Con clase pero con codicia, trasmitiendo, por su prontitud y por su movilidad. Con clase y con casta, que no está reñida.
 Muy torero inició faena el extremeño, genuflexo, llevando la embestida por abajo, sin acortársela; y la plaza entró a lo que allí abajo estaba sucediendo,
 se juntaron la trasmisión y la calidad del ibán con la torería y el valor del chaval, que además de bajarle la mano, no permitió que se la enganchase, cosa que no era fácil dada la codicia con la que embestía el burel, y además los muletazos que siguieron, fueron mandados y componiendo la figura, dejando su sello.
 Saltillo embistió con prontitud, alegría y fijeza por ambos pitones, y Ginés destacó más con la diestra, estando bien también al natural, pero a menor nivel.
que gusto y que toreria
 El público estaba muy metido y la decepción llegó en la suerte suprema, pues todo lo bien que estuvo con capote y muleta, lo estuvo de mal a espadas, pinchándolo varias veces y perdiendo los trofeos.
asi embestia saltillo
 Saludó una ovación, y a Saltillo, el novillo lucerito que tanto gustaba, escuchó en su arrastre una bien ganada ovación. Después, la cosa no fue a mejor, pero tampoco a peor, ya que el sexto fue también un buen novillo, con una embestida distinta, pero que romaneó en varas y después trasmitió en la muleta, humillando y con nobleza, al que Varea cortó dos orejas.
texto: Ruben Sanchez
quedara en el recuerdo de todos los alli presentes, saltillo y gines marin