La novillada
de Flor de Jara ha decepcionado principalmente por la falta de casta,
alegría, motor y ese picante tan característico que siempre se espera de
la sangre santacolomeña, a pesar de todo el nivel no ha sido tan bajo,
pero le ha faltado eso, ya saben que como siempre digo, si decepciona es
porque se le espera, si no se espera, no puede decepcionar. A pesar de
faltar la casta, ha aparecido la nobleza, las fuerzas están resueltas, y
varios han humillado y obedecido, pero sin llegar a trasmitir por culpa
de un problema: un exceso de bobería que conduce hacia la mansedumbre y
que convierte la Fiesta en algo un tanto plomizo. De hechuras una
novillada bien comida, redonda, con caja y buenas culatas, pobre de
cara. Pero peores las hemos visto, y no
precisamente de este hierro, del que hemos disfrutado y lo están
haciendo aún más los aficionados franceses, que se llevan la cabeza de
camada, tanto de utreros como de toros.
Los
novilleros han puesto de su parte, con disposición, pero a sus maneras,
y a grandes rasgos podríamos definir a un Mazzantini que tiene un toreo
vertical, se queda quieto y templa, pero que no sabe poner emoción a su
labor, de manera que es fría además de perfilera; mientras que Gómez
del Pilar ha tratado de ponerlo él todo, con disposición, entrando en
quites, y con un buen recibo capotero, dejando alguna serie también con
la muleta aceptable. Mario Alcalde tiene valor y ganas pero menos
oficio, y si bien se gusta con la capa, con la muleta se le ve más
descubierto, con quietud pero verde, sobre todo con la zurda.
Novillo a novillo:
El
que rompió plaza fue un animal que de salida tras varias carreras se
quedó esperando en el tercio a que fuesen a por él, una vez Mazzantini
acudió, el animal humilla y repite ante sus telas, muy fugaz,
revolviéndose en un palmo de terreno. En varas cumplió, en un puyazo
trasero en el que le fue tapada la salida; en banderillas esperó y se
dolió, pero humilló mucho al cerrarlo a una mano. La faena inicia
elegante, continua bien con varias series al natural, muy templadas, el
novillo, cuya principal virtud era el obedecer y humillar, fue perdiendo
fuelle y enseñó un buen pitón izquierdo, aunque ya algo orientado. La
faena se alargó y dejó buena impresión, aunque no se ciñió demasiado en
el trasteo las embestidas. Le despachó con una media en lo bajo. Novillo noble, humillando, aunque falto de chispa y a menos.
El
segundo estaba muy cuajado, pero salió suelto y distraído de las telas
en el recibo. Le pegaron muy fuerte, cayó contrario el puyazo, y el
animal empujó, pero le barrenó el picador, y el animal sangró a
borbotones en un castigo propio de varios, unos tres o cuatro puyazos,
que le dieron en uno. En banderillas apretaba para adentro, Iván de
Andrés, le colocó un buen par. En la muleta estaba ya acabado, inició en
el tercio, en terreno del toro, pero acusó el exceso de castigo en
varas y concluye pronto, matándolo de una estocada baja. Al novillo no le hemos visto, murió en varas.
El
tercero fue bien recibido a la verónica, al hilo de las tablas, aunque
en cuanto enganchó las telas de Mario Alcalde, el cuadro se descompuso y
optó por rematar pronto. Toma una vara fuerte y trasera en la puerta de
caballos, y empuja metiendo riñones. El diestro quitó por chicuelinas,
donde fue atropellado, mientras que el novillo en banderillas se mueve
pero tira la cara arriba, enseñando un pitón derecho complicado. Inicia
la faena dispuesto, en los medios, citando de largo, con la diestra,
pero al poco, el animal le sorprende enganchándole el brazo y le
desarma; prueba el izquierdo, por el que no pasa y mano con la que el
novillero anda descubierto. Un nuevo susto por el derecho, al estar
descubierto, ya en tablas, despachó a este novillo, un animal soso pero que sale del muletazo sin entrega y buscando, aunque cumplió en varas, con una estocada caída y tendida, precedida de un pinchazo arriba.
Por
cuarto un animal mas alto y bien rematado, que empujó al peto con la
cara alta, y que tuvo la puya delantera en exceso, rectificando para
picar más atrás, pero barrenando. En banderillas muestra un buen pitón
derecho y hace hilo hasta el final, pues al tercero, que tuvo que pasar a
la enfermería, casi le prende cuando al saltar, estaba ya con todo el
cuerpo en el callejón de la portátil, y le alcanzó una pierna con el
pitón, sin llegar a sacarlo del callejón, haciendole caer de rodillas,
de mala manera, pero quedando solo en un susto. La faena inicia bien en
tablas, centrandose en el pitón derecho. El animal es noble, pero algo
soso y no humilla del todo, ni se entrega. Más alegre es por el pitón
izquierdo, pero el sevillano, que estuvo correcto, pero sin poner la sal
que faltaba, lo probó tarde. Pinchazo caído, estocada delantera y
contraria. Novillo noble, sin chispa, le falta entrega, humillación y alegría.
El
quinto fue un precioso cárdeno claro, que salió con muchos pies, a
tomar un buen ramillete de verónicas bien rematadas por parte de Gómez
del Pilar. En varas se le señaló caído, empuja pero cabecea, aunque
cumple. Recibe una mala lidia en banderillas, con exceso de capotazos, y
con otro buen par de Iván de Andrés, aunque el animal se doliese del
primer par que le pusieron, por lo delantero de su colocación, más que
por condición del burel; a la muleta llegó sin entrega, soso,
embistiendo a media altura, sin maldad alguna, con un exceso de nobleza
que roza la mansedumbre. La faena la hizo entera el novillero, tuvo que
ponerlo todo, incluso un remate populista con los invertidos sobre la
diestra, inventándoselo, que junto con una buena estocada, algo
delantera le hicieron conseguir las dos orejas (orejas de villalba) del sosote y noblote morlaco.
Cerraba
plaza y feria, el cárdeno rabón que se escapó en el encierro matutino,
que fue recibido con pitos por coger a la vecina de la localidad, a
quien deseamos una pronta recuperación, pues se encuentra estabilizada y
para nada fallecida como ya se rectificó en este blog que publicamos
una noticia errónea tras una filtración equívoca de Twitter. El caso que
el colín cumplió en varas tras un buen recibo capotero, en un puyazo
fuerte, delantero aunque un poco caído. Un buen quite a la verónica de
Mario Alcalde precedieron un tercio de banderillas en el que el animal
se comportó siendo distraído, embistiendo a arreones, esperando y
después apretando a los adentros; llegó a la muleta metiendo algo la
cara por el derecho, en una embestida mansurrona, con la que el
novillero se arrimó y fue volteado, continuando, hasta cambiar al
izquierdo, poniéndose la cosa plomiza, viéndose que la mezcla de
voluntad con descaste y noblonería no da buen fruto. Una estocada
tendida y delantera le hicieron valer una oreja a la voluntad. Novillo noblote y soso, manseando y sin casta.
Cartujanillo. Fotos Josué Moreno